San Muciano María

Louis Wiaux, nació el 20 de marzo de 1841. Fue el tercero de seis hijos, en un pueblecito de la Bélgica Francófona, donde casi todo el mundo era católico. Su padre hacía de herrero y su madre daba una mano en la gestión de un café.

En su familia se respiraba una sana espiritualidad compartida por todos, no se toleraban las palabrotas y durante las noches siempre se rezaba el rosario.

Louis no tiene ni el físico ni la pasión por el oficio del padre; él está convencido de que Dios lo quería para otro tipo de trabajo y cuando encuentra a los Hermanos de las Escuelas Cristianas en una escuela vecina, decide entrar en el noviciado de Namur para ser como uno de ellos.

Es el 7 de abril del 1856 y con sólo quince años, realiza su primer apostolado en una escuelita de Chimay, donde permanece dos años. A continuación es enviado al internado de Malonne, donde pasará los siguientes 58 años.

Al inicio encuentra dificultad tras dificultad en la realización simultánea de las tareas de educador y de vigilante de los alumnos, pero es ayudado por el Hermano responsable de los cursos de música y de arte, que en aquellos tiempos eran parte importante del programa escolar. A partir de entonces el Hno. Muciano es no sólo un educador eficaz en esas materias, un vigilante atento a los cursos escolares, un catequista de la parroquia vecina, sino también ejerce una extraordinaria influencia sobre los alumnos por su paciencia y por su evidente devoción a María; a lo largo de los años todo el pueblo sabe que el Hno. Muciano pasa todo el tiempo posible, en el parque de la escuela, delante de la gruta de Nuestra Señora de Lourdes rezando el rosario.

Los Hermanos dicen de él que no lo han visto nunca faltar ni al más pequeño punto de la Regla y los alumnos, admirados de su piedad, le llaman: “el Hermano que siempre reza”.

El Hno. Muciano entrega su alma a Dios el 30 de enero de 1917. Su notoria santidad se manifiesta el mismo día de su muerte y su fama se difunde en toda Bélgica, atribuyéndosele muchos milagros por su intercesión.

Sus reliquias son veneradas en Malonne, en el monumento‐santuario construido en su honor, después de su canonización.

30/10/1977: Beatificación - S.S. Pablo VI
10/12/1989: Canonización - S.S. Juan Pablo II
Fiesta: 30 de enero